El Golfo de California es una extensa región con una gran diversidad productiva y biológica de una importancia económica y ambiental considerable. Estas características incrementan el interés de conocer la ecología de diversas comunidades de la región del Golfo que pueden estar sujetas a una explotación comercial o contaminación. Recientemente hemos descubierto amplios mantos de algas rojas calcáreas conocidos como rodolitos en los hábitats someros, arenosos y submareales en Bahía Concepción y en las cercanías de la Bahía de La Paz. Estos organismos fueron descritos previamente de material varado y colectas por dragado (Dawson, 1960), pero su presencia en mantos considerable (de más de 0.5 km. de largo y 150 m de ancho) no había sido reportada en la literatura científica. Estos mantos someros son los más grandes descubiertos en el Pacífico Norte. Los reconocimientos también indican que los rodolitos proveen un substrato complejo que sirve como hábitat para una comunidad diversa de otras algas e invertebrados ya que de otra forma no sería posible el desarrollo de estos organismos, en particular se ha evidenciado la presencia de especies endémicas para los mantos en nuestra área (Steller, 1993). El interés por estos organismos se extiende a la geología debido a que se preservan como fósiles y pueden ser utilizados como indicadores de paleoambientes (Boscence, 1991). Una de las problemáticas que más comúnmente se han presentado para poder entender la dinámica de estos ecosistemas es el pobre conocimiento de los límites específicos de los grupos que componen los mantos y la influencia que ejerce sobre ellos el ecosistema. Estudios de correlación sugieren que las diferencias en distribución y morfología de los rodolitos son reflejo de variaciones en el movimiento del agua y luz (Bosellini y Ginsburg, 1971).